domingo, 20 de mayo de 2012

Lateralidad: niño diestro, niño zurdo


La lateralidad es una función que hace posible que nos orientemos en el espacio y en el tiempo y que va a permitir al niño entender las letras y los números. Es consecuencia de la distribución de funciones bien diferenciadas que se establecen entre los dos hemisferios cerebrales: el dominante que es el científico, donde estaría la función de lateralidad corporal y el subdominante o artístico que favorece el comportamiento social La lateralidad es una función que se adquiere entre los 4 y los 12 años. Su construcción depende de una serie de factores como: • la información genética, • la influencia física del entorno, • las condiciones afectivas relacionadas con las semejanzas y diferencias que el niño busca de los adultos • de los factores educativos directos Sin una buena lateralidad, el niño no sabría si la escritura tiene que ajustarse a un patrón de ordenamiento diestro o zurdo, no sabría diferenciar si el orden es“23” ó “32”, o si se escribe “ES” o “SE”; no diferenciaría el mensaje, pensaría que son garabatos que no tienen relación.

Un niño diestro leería 1 – 2 – 3, pero para niño zurdo sería 3 – 2 – 1 (como si mirase el espejo); así nos explicamos las inversiones que realizan los zurdos que no se han adaptado al sentido direccional diestro.

Importancia de la familia
La familia, en los primeros años es el medio más propicio donde podemos ayudar al niño, desarrollando actividades de la vida cotidiana como: cepillarse los dientes, abrir puertas, escurrir una esponja..; y potenciar la mano dominante: jugar a cartas, reconocer el cuerpo, hacer puzzles, identificar objetos con la mano dominante teniendo los ojos tapados...

No olvidemos que las respuestas más viscerales y las raíces de su identidad nacen en el seno familiar y no podemos delegar en la escuela la parte que corresponde a la familia y tener en cuenta que “construir una buena organización lateral ojo-mano-pierna-oído, ha permitido que muchos niños hayan resuelto sus problemas escolares e incluso personales y estén avanzando correctamente tanto desde el punto de vista físico como mental y afectivo.” Es necesario implicarse en el desarrollo de la lateralidad del niño para disminuir el riesgo de una lateralidad desorganizada ya que dicha desorganización puede perturbar o dificultar el aprendizaje y la adaptación del niño al lenguaje escrito.

Hay que tener en cuenta:
• Si un niño es diestro y desarrolla correctamente su sistema audioviso- motriz, no tiene porqué tener problemas.
• Si un niño es zurdo y organiza bien su lateralidad no le costará mucho adaptarse a una cultura de niño diestro.
• Pero si un niño tanto si es diestro como zurdo no madura correctamente su organización lateral, se convierte en un candidato con problemas frente al aprendizaje y a la adaptación.

No podemos olvidar que:
• Niños que renuncian a su lateralidad por parecerse a sus padres, hermanos o bien por problemas de celos,
• Niños que para ser líderes en clase y en contra de su tendencia genética se han hecho diestros.
• Niños que para parecerse a su profesor se han hecho zurdos.
• Niños zurdos que renuncian a su lateralidad por no tener modelos de identificación zurdos.
• Niños de tendencia diestra que permanecen anclados en el lado izquierdo, en una actitud regresiva, por falta de comunicación, miedos, temores...

Una buena organización lateral ojo-mano-pierna-oído ayuda en el desarrollo escolar y en la evolución física y mental.


*Información de Juana Lorente Aledo y Marisa Rodes Bravo
Logopeda - Psicóloga

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