lunes, 21 de mayo de 2012

Video: Guía para entender a los adolescentes

Link para ver video: Guia para entender a los adolescentes: 1 - Riesgos

http://www.ver-documentales.net/guia-para-entender-a-los-adolescentes-1-riesgos/
o
http://www.documaniatv.com/social/guia-para-entender-a-los-adolescentes-1-riesgos-video_5d6d249db.html

Los adolescentes están en el limbo: no son aún adultos pero ya no se consideran niños. Atrapados en un confuso mundo de cambio, se ven envueltos en complejos problemas que tienen que resolver pensando en las consecuencias para su futuro.

Pero, ¿por qué es tan compleja la etapa de la adolescencia? Esta provocadora y entretenida serie que Odisea les presenta explorará científicamente los cambios físicos y psíquicos que tienen lugar en sus cuerpos y que estimulan sus conductas.

A través de entretenidos experimentos y de las últimas investigaciones sobre la sociedad y la familia intentaremos entender por qué tienen bruscos cambios de humor, cómo son sus relaciones sexuales o incluso cómo les afectan las bebidas alcohólicas. Una visión sobre las características que hacen de la adolescencia una etapa única en la vida..

Preguntas sexuales con niños de preescolar





Educación sexual en la infancia y la adolescencia.



La educación sexual es una tarea muy importante para los padres; es por ello que le damos unas pautas para que sepa enfrentarse mejor a la educación de su hijo.

Algunas características de los niño/as en 12-16 años
La adolescencia, que se inicia con la pubertad, es el período de transición de la infancia a la madurez. De aquí que se caracterice por su inestabilidad y por sus cambios tanto a nivel biológico (rápido crecimiento del cuerpo), como psicológico y social (el grupo de amigos cobra más fuerza, y el niño/a va adquiriendo una mayor independencia con respecto a su familia). En general, es una etapa de altibajos producidos por la búsqueda de la propia identidad y por el intento de entrar en el mundo de los adultos.
Así, en esta etapa los aspectos que le interesan, en mayor o menor grado, son todo lo relacionado con la sexualidad y, sobre todo, sus propias vivencias, sensaciones corporales, sus sentimientos de miedo, extrañeza o curiosidad hacia la sexualidad y su propia imagen, así como su atractivo físico.

Orientaciones para educar sexualmente a un hijo/a de 12-16 años
Los padres/madres pueden contribuir hablándole de los cambios corporales que están teniendo o van a tener y promoviendo siempre actitudes de diálogo. Esto significa que han de mostrar siempre una clara disposición para hablar o escuchar cualquier tema que al hijo/a preocupe. Los hijos/as que han disfrutado de una comunicación abierta, respetuosa y sincera sobre la sexualidad desde la infancia, tendrán más confianza para hablar de ello con sus padres/madres en esta etapa “compleja”.
Es importante que favorezcan en él/ella una autoestima positiva y una aceptación de sí mismo/a. Esto requiere ayudarle a que se quiera tal y como es, con sus capacidades e incapacidades, con sus características bellas y menos bellas, con sus virtudes y sus defectos, porque somos humanos y no somos perfectos.
Han de enseñarle a ser crítico y no dejarse influir por las “modas” u opiniones de los demás; y, también a ser flexible en relación a las inclinaciones sexuales de cada persona y a los roles sexuales. La mejor forma de lograr esto es con el propio ejemplo: si en la familia se trata a todos por igual y se “respira” un clima de respeto y aceptación de la diferencia (heterosexuales, homosexuales, bisexuales, personas de diferentes razas o etnias, etc), el hijo/a adquirirá más fácilmente estas actitudes, que son positivas y deseables en cualquier persona íntegra y madura.

Relaciones sexuales
Por otro lado, sobre los aspectos más relacionados directamente con la sexualidad pueden, en principio, dialogar sobre los mitos existentes. Después, será importante que le hablen de la práctica de las relaciones sexuales y sus fines, sin dejar a un lado el afecto, la intimidad y la responsabilidad; y también de los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual (cuáles son y cómo pueden prevenirse) y, consecuentemente, de unos hábitos de higiene sanos.
Respecto a los métodos anticonceptivos, deben orientarle sobre cuáles son y cómo se usan. También es importante comentarle qué servicios existen para aclararle sus dudas respecto a la sexualidad (Centro de Planificación Familiar, Centro de Información Juvenil, ambulatorio…), y dónde están.
Otros temas de los que es conveniente hablar son las violaciones, los abusos o agresiones sexuales; dándole orientaciones sobre cómo ha de actuar y dónde ha de denunciarlos.
Como conclusión, decir que saber comunicarse eficazmente con un hijo/a es la mejor habilidad para conseguir una buena educación sexual del mismo/a, y más en esta etapa

Desarrollo del adolescente


Es de esperarse que el desarrollo de los niños de 12 a 18 años de edad abarque acontecimientos importantes y predecibles a nivel mental y físico.

Durante la adolescencia, los niños desarrollan la capacidad para:
Comprender ideas abstractas, como conceptos de matemática superior, y desarrollar filosofías morales, incluyendo derechos y privilegios.
Establecer y mantener relaciones personales satisfactorias al aprender a compartir la intimidad sin sentirse preocupado o inhibido.
Ir hacia un sentido más maduro de sí mismos y de su propósito.
Cuestionar los viejos valores sin perder su identidad.

Desarrollo físico:
Durante la adolescencia, las personas jóvenes atraviesan por muchos cambios a medida que pasan de la niñez a la madurez física. Los cambios prepuberales precoces ocurren cuando aparecen las características sexuales secundarias.

Niñas:
Las niñas pueden empezar a desarrollar los brotes de senos a los 8 años de edad, con un desarrollo completo de ellos que se alcanza en algún momento entre los 12 y los 18 años.
El crecimiento del vello púbico, de la axila y de la pierna comienza normalmente alrededor de los 9 o 10 años de edad y alcanza los patrones adultos alrededor de los 13 o 14 años.
La menarquia (el comienzo de los períodos menstruales) ocurre en forma característica alrededor de dos años después de la aparición del vello púbico y senos incipientes. Puede suceder incluso ya a los 10 años o, a más tardar, hacia los 15 años. La edad promedio de la menstruación en los Estados Unidos aproximadamente a los 12.5 años.
Entre los 9.5 y los 14.5 años se presenta un crecimiento rápido en la estatura en las niñas, alcanzando el punto máximo alrededor de los 12 años.

Niños:
Los niños pueden comenzar a notar un crecimiento del escroto y los testículos ya a los 9 años de edad. Pronto, el pene comienza a agrandarse. Hacia la edad de 16 a 17 años, sus genitales tienen generalmente el tamaño y la forma de los genitales adultos.
El crecimiento del vello púbico, así como también el vello de la axila, la pierna, el pecho y la cara en los hombres, comienza en los niños alrededor de los 12 años y alcanza los patrones adultos más o menos de los 15 a 16 años.
Un crecimiento rápido en la estatura sucede en los niños entre las edades de más o menos 10.5 a 11 años y 16 a 18 años, alcanzando su punto máximo alrededor de los 14 años.
Los niños no comienzan la pubertad con un incidente súbito, como lo es el comienzo de la menstruación en las mujeres. Tener emisiones nocturnas regulares (poluciones nocturnas) marca el inicio de la pubertad en los varones y ocurre normalmente entre las edades de 13 y 17 años, con un promedio alrededor de los 14.5 años.
El cambio en la voz en los hombres sucede al mismo tiempo que el crecimiento del pene. Las poluciones nocturnas ocurren con el punto máximo de aumento de estatura.

Comportamiento
Los cambios rápidos y súbitos a nivel físico que experimentan los adolescentes los lleva a ser tímidos, sensibles y a estar preocupados respecto a los propios cambios corporales. Ellos pueden hacer comparaciones angustiosas respecto a ellos mismos y sus compañeros.
Debido a que los cambios físicos quizá no ocurran en un plazo regular y sin problemas, los adolescentes podrían pasar por etapas de incomodidad, tanto respecto a su apariencia como a su coordinación física. Las niñas pueden estar ansiosas si no están listas para el comienzo de los períodos menstruales y los niños pueden preocuparse si no saben acerca de las emisiones nocturnas.
Durante la adolescencia, es normal que los jóvenes empiecen a separarse de sus padres y a establecer su propia identidad. En algunos casos, esto puede ocurrir sin problemas de los padres y otros miembros de la familia. Sin embargo, en algunas familias, la rebeldía del adolescente puede conducir a conflictos a medida que los padres tratan de mantener el control.
A medida que los adolescentes se alejan de los padres en búsqueda de su propia identidad, sus amigos se vuelven más importantes.
Su grupo de amigos puede convertirse en un refugio seguro, en el cual el adolescente puede probar nuevas ideas.

En la adolescencia temprana, el grupo de compañeros por lo general consta de amistades no románticas, a menudo incluyendo "pandillas", bandas o clubes. Los miembros del grupo de compañeros con frecuencia intentan comportarse y vestirse en forma semejante, tener códigos secretos o rituales y participar en las mismas actividades.
A medida que el joven avanza hacia la adolescencia media (14 a 16 años) y más allá, el grupo de compañeros se extiende para incluir amistades románticas.
Desde la mitad hasta el final de la adolescencia, los jóvenes a menudo sienten la necesidad de establecer su identidad sexual, llegando a estar cómodos con su cuerpo y sentimientos sexuales. A través de las relaciones románticas, las citas y experimentando, los adolescentes aprenden a expresar y recibir intimidad o insinuaciones sexuales. Las personas jóvenes que no tienen la oportunidad de tales experiencias pueden tener más dificultad para establecer relaciones íntimas cuando sean adultos.

Los adolescentes generalmente demuestran comportamientos congruentes con varios mitos de la adolescencia:
El primer mito es que ellos están "en escena" con la atención de otros constantemente centrada en su apariencia o en sus acciones. Este egocentrismo normal puede parecer (especialmente para los adultos) que raya en la paranoia, el amor propio (narcisismo) o incluso la histeria.
Otro mito de la adolescencia es la idea de que "eso nunca me sucederá, sólo a los demás". "Eso" puede representar resultar embarazada o contraer una enfermedad de transmisión sexual luego de tener sexo sin protección; causar un accidente automovilístico mientras se conduce bajo la influencia del alcohol o las drogas, o cualquiera de los otros numerosos efectos negativos de los comportamientos peligrosos.

Trastornos de ansiedad





Los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un miedo intenso, preocupación o inquietud que puede durar largos períodos de tiempo y afectar significativamente sus vidas. Si no se trata con prontitud, los trastornos de ansiedad pueden derivar en:
  • Repetidas ausencias a clase o una incapacidad para terminar el período de escolaridad.
  • Deterioro en las relaciones con iguales.
  • Baja autoestima.
  • Abuso de alcohol u otro tipo de drogas.
  • Problemas de ajuste en situaciones laborales.
  • Trastornos de ansiedad en edad adulta


¿Cuáles son los tipos y características de los trastornos de ansiedad?
Existe una variedad de trastornos de ansiedad que pueden afectar a niños y adolescentes. A continuación, se describen la mayoría de ellos, así como sus características:

Trastorno de ansiedad generalizada: Los niños y adolescentes con este trastorno se preocupan en extremo por sus actividades, ya sea por su rendimiento académico, deportivo o incluso por ser puntual. Esta clase de personas suelen ser muy responsables, se sienten tensos y necesitan mucha seguridad. Pueden quejarse de dolores de estómago u otras afecciones que no parecen tener una causa física.


Trastorno de ansiedad por separación: Los niños con este trastorno suelen tener dificultad en dejar a sus padres para ir a la escuela o campamento de verano, quedarse en casa de un amigo o estar solo. A menudo, se “aferran” a sus padres y tienen problemas para quedarse dormidos. El trastorno de ansiedad por separación puede ir acompañado de depresión, tristeza o miedo a que algún miembro de la familia se vaya o muera. Aproximadamente uno de cada 25 niños experimenta trastorno de ansiedad por separación.

Fobias: Los niños y adolescentes con fobias tienen excesivos miedos no reales de ciertas situaciones u objetos. Muchas fobias tienen nombres específicos, y el trastorno puede centrarse en animales, tormentas, agua, lugares altos o situaciones específicas como encontrarse encerrado en un lugar reducido. Los niños y adolescentes sienten verdadero pavor a ser criticados o juzgados duramente por los demás. Intentarán evitar los objetos y situaciones temidas, por lo que el trastorno puede limitar gravemente sus vidas.

Trastorno de pánico: Los “ataques de pánico” repetitivos en niños y adolescentes sin una causa aparente son signos de un desorden de pánico. Los ataques de pánico son períodos de intenso miedo acompañados por fuertes latidos del corazón, sudoración, mareo, nauseas o sentimiento de muerte inminente. La experiencia es tan terrible que viven con el miedo de que puedan sufrir otro ataque. Los niños y adolescentes con el trastorno suelen hacer cualquier cosa para evitar la situación que provoque otro ataque. Es posible incluso que no quieran ir a la escuela o separarse de sus padres.

Trastorno obsesivo-compulsivo: Los niños y adolescentes con trastorno obsesivo-compulsivo, se ven atrapados en un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos. Aunque puedan reconocer que éstos parecen sin sentido y traumatizantes, son muy difíciles de parar. El comportamiento compulsivo puede incluir lavarse repetidamente las manos, contar o poner en orden objetos una y otra vez. 2 de cada 100 adolescentes experimentan trastornos obsesivos.

Trastorno de estrés post-traumático: Los niños y adolescentes pueden desarrollar un estrés post-traumático después de haber experimentado un acontecimiento sumamente estresante, como experiencias de abusos físicos o sexuales, ser testigo de un hecho violento, la vivencia de un desastre como un bombardeo o un huracán. Los jóvenes con dicho trastorno suelen experimentar el acontecimiento una y otra vez en forma de fuertes recuerdos, instantáneas, u otra clase de pensamientos perturbadores. Como resultado, pueden intentar evitar todo lo que se encuentra asociado con el trauma. También sobreactuar al sobresaltarse o tener dificultades del sueño.


¿Son comunes los trastornos de ansiedad?
Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los más comunes de los problemas mentales, emocionales y de comportamiento que se presentan en la niñez y la adolescencia. Aproximadamente, 13 de cada 100 niños y adolescentes de entre 9 y 17 años experimentan algún tipo de trastorno de ansiedad; Las niñas se ven más afectadas por el problema que los niños y cerca de la mitad de los niños y adolescentes con estos trastornos padecen un segundo trastorno de ansiedad u otro trastorno mental o de comportamiento, como la depresión. Además, los trastornos de ansiedad pueden coexistir con trastornos de salud físicos que necesitan tratamiento.

Entender la Autoestima de los niños



-Espejito, espejito ¿Quién es mi princesa?-

-¡Yo!- Gritaba Lola mientras saltaba a los brazos de su padre.

Cómo saliendo de una burbuja, la Lola adulta sonríe al espejo recordando esos momentos. Respira, se recoge el pelo y sale del baño dispuesta a entrar a la reunión con una actitud segura y firme.

La percepción y la valoración que una persona tiene sobre si misma condiciona su equilibrio psicológico, la relación que establece consigo misma, con los demás y su rendimiento. Es decir, la estima y la opinión que tenemos hacía nosotros mismos va a influir en nuestra manera de acercarnos al mundo y a las personas que están en él.

Al igual que en el resto de relaciones, la relación que tenemos con nosotros mismos también la vamos a valorar positiva o negativamente. Del mismo modo, podemos ser más o menos afectuosos al relacionarnos con nosotros.

¿Cómo se forma la autoestima?   

El contacto corporal que establecen los padres con el niño es prioritario para establecer un saludable vínculo emocional. Es a partir de este vínculo desde el que el niño va a construir el sentimiento básico de confianza y seguridad y la manera de quererse.

La autoestima y el autoconcepto son conceptos referentes al individuo que se construye en la interacción social.

Por lo que su construcción va a tener dos fases, interpersonal. En la que las figuras de referencia “prestan al niño” la imagen que tienen de él. Nos convertimos en instrumentos al servicio del niño.

Y otra intrapersonal, en la que el niño, sin dejar de relacionarse y por tanto de incorporar información externa, se reconoce y forma una imagen de si mismo.

Por lo que el conocimiento que tenemos sobre nosotros mismos responde a la pregunta ¿quién soy yo? Autoconcepto. Deriva del concepto que las personas cercanas tienen sobre nosotros ¿Quién soy yo para mis padres? ¿Para mi profe? ¿Para mis amigos?.

Del mismo modo, la valoración (positiva o negativa) que hacemos sobre nosotros mismos y nuestras competencias, la Autoestima (creo que la autoestima está en otro plano que las competencias, sí relacionada a ellas.). Vendrá precedida por la admiración y reconocimiento que hemos tenido de otros.

Y el afecto que ponemos en la relación con nosotros mismos ¿Cómo nos tratamos?, procede del afecto que nos han dado.

Ante un niño con dificultades para mantenerse sentado, sus padres y/o profesores pueden responder algo así:

-¡Niño, estate quieto! todos los días te digo los mismo y parece que te da igual. Así es imposible comer tranquilo. -

¿Sería igual si los adultos, a pesar del cansancio que seguro les provoca que la situación se repita, se acercan a él y le dicen:

- Rubén, tú sabes que en la mesa es obligatorio estar sentado y si no lo cumples tendrás que irte a tu habitación. A mi me gusta mucho comer contigo ¿Tú quieres comer con nosotros? Confío en que aunque te cueste un poco, vas a hacerlo muy bien.-

Para interactuar de manera eficaz, nos ayuda definir ¿qué cualidades del niño estamos destacando?, si lo hacemos con afecto, y si ¿Conseguimos nuestro objetivo?

Podemos afirmar que un niño que ha sido reconocido, valorado y querido, va a poder reconocerse, valorarse y quererse. El niño necesita que reconozcamos quien es él como persona en desarrollo, como ser diferente a sus padres y a las expectativas y deseos que estos tienen respecto a él. Así como que respetemos y valoremos sus características propias, deseos y necesidades, y se lo expresemos mediante el afecto.

En ocasiones creemos que cuando un niño se porta mal tenemos que dejar de mostrarnos afectuosos, con el fin de que entienda que se ha equivocado. Pero el cariño y la firmeza son cosas diferentes. Cuando un niño se equivoca (voluntaria o involuntariamente) es necesario que sus padres se lo indiquen para que pueda rectificar. Pero si el cariño desaparece ante las conductas inadecuadas, el mensaje que trasmitimos es que el cariño es voluble y dependiendo de lo que haga le querremos más o menos.

La evaluación sobre uno mismo se produce en todas las dimensiones de la persona (laboral-educativa, social, física y emocional), pudiendo variar la valoración que hacemos de nosotros mismos en cada una de ellas. Hay personas que se consideran muy inteligentes, pero poco capacitadas para las relaciones.

Los niños pequeños tienen a describirse sobretodo en función de las características físicas y a medida que crecen incluyen dimensiones psicológicas y sociales. Esto se debe a que las capacidades cognitivas del niño se van desarrollando a medida que se hace mayor.

Debido a que el autoconcepto de la persona va evolucionando, se espera que el concepto de si mismo que tienen los adultos tienda a ser: más consistente, objetivo y realista. Pero no es automático, tener la capacidad no siempre implica desarrollarla.

La relación consigo mismo exige que nos desdoblemos, para llevar a cabo el proceso de autoobservación. Parte de nosotros se encarga de observar y otra parte es observada. Esta capacidad nos permite tomar conciencia y reflexionar sobre nuestras sensaciones, emociones, pensamientos y acciones.


*Información de Rebeca Recio Berlanas, psicóloga de Psycos, sobre la Autoestima Infantil. 

Etapas de desarrollo de Piaget


Jean William Fritz Piaget (Neuchâtel, Suiza, 9 de agosto de 1896 - †Ginebra, 16 de septiembre de 1980), psicólogo experimental, filósofo, biólogo, suizo creador de la epistemología genética y famoso por sus aportes en el campo de la psicología evolutiva, sus estudios sobre la infancia y su teoría del desarrollo cognitivo.

En sus estudios Piaget notó que existen periodos o estados de desarrollo. En algunos prevalece la asimilación, en otros la acomodación. De este modo definió una secuencia de cuatro estadios "epistemológicos" (actualmente llamados: cognitivos) muy definidos en el humano.

Estadio sensorio-motor
Desde el nacimiento hasta aproximadamente un año y medio a dos años. En tal estadio el niño usa sus sentidos (que están en pleno desarrollo) y las habilidades motrices para conocer aquello que le circunda, confiándose inicialmente en sus reflejos y, más adelante, en la combinatoria de sus capacidades sensoriales y motrices. Así, se prepara para luego poder pensar con imágenes y conceptos.
Reacciones circulares primarias
Suceden entre el primer y cuarto mes de vida extrauterina. En ese momento el humano desarrolla reacciones circulares primarias, esto es: reitera acciones casuales que le han provocado placer. Un ejemplo típico es la succión de su propio dedo, reacción sustitutiva de la succión del pezón,aunque el reflejo de succión del propio dedo ya existe en la vida intrauterina.

Reacciones circulares secundarias

Entre el cuarto mes y el año de vida, el infante orienta su comportamiento hacia el ambiente externo buscando aprender ó mover objetos y ya observa los resultados de sus acciones para reproducir tal sonido y obtener nuevamente la gratificación que le provoca.

Reacciones circulares terciarias
Ocurren entre los 12 y los 18 meses de vida. Consisten en el mismo proceso descrito anteriormente aunque con importantes variaciones. Por ejemplo: el infante toma un objeto y con este toca diversas superficies. Es en este momento que el infante comienza a tener noción de la permanencia de los objetos, antes de este momento, si el objeto no está directamente estimulando sus sentidos, para él, literalmente, el objeto "no existe".
Tras los 18 meses el cerebro del niño está ya potencialmente capacitado para imaginar los efectos simples de las acciones que está realizando, o ya puede realizar una rudimentaria descripción de algunas acciones diferidas u objetos no presentes pero que ha percibido. Está también capacitado para efectuar secuencias de acciones tales como utilizar un objeto para abrir una puerta. Comienzan, además, los primeros juegos simbólicos del tipo juguemos a que...


Estadio preoperatorio
El estadio preoperatorio es el segundo de los cuatro estados. Sigue al estado sensoriomotor y tiene lugar aproximadamente entre los 2 y los 7 años de edad.

Este estadio se caracteriza por la interiorización de las reacciones de la etapa anterior dando lugar a acciones mentales que aún no son categorizables como operaciones por su vaguedad, inadecuación y/o falta de reversibilidad.
Son procesos característicos de esta etapa: el juego simbólico, la centración, la intuición, el egocentrismo, la yuxtaposición y la irreversibilidad (inhabilidad para la conservación de propiedades).


Estadio de las operaciones concretas
De 7 a 11 años. Cuando se habla aquí de operaciones se hace referencia a las operaciones lógicas usadas para la resolución de problemas. El niño en esta fase o estadio ya no sólo usa el símbolo, es capaz de usar los símbolos de un modo lógico y, a través de la capacidad de conservar, llegar a generalizaciones atinadas.

Alrededor de los 6/7 años el niño adquiere la capacidad intelectual de conservar cantidades numéricas: longitudes y volúmenes líquidos. Aquí por 'conservación' se entiende la capacidad de comprender que la cantidad se mantiene igual aunque se varíe su forma. Antes, en el estadio preoperativo por ejemplo, el niño ha estado convencido de que la cantidad de un litro de agua contenido en una botella alta y larga es mayor que la del mismo litro de agua trasegado a una botella baja y ancha (aquí existe un contacto con la teoría de la Gestalt). En cambio, un niño que ha accedido al estadio de las operaciones concretas está intelectualmente capacitado para comprender que la cantidad es la misma (por ejemplo un litro de agua) en recipientes de muy diversas formas.

Alrededor de los 7/8 años el niño desarrolla la capacidad de conservar los materiales. Por ejemplo: tomando una bola de arcilla y manipulándola para hacer varias bolillas el niño ya es consciente de que reuniendo todas las bolillas la cantidad de arcilla será prácticamente la bola original. A la capacidad recién mencionada se le llama reversibilidad.

Alrededor de los 9/10 años el niño ha accedido al último paso en la noción de conservación: la conservación de superficies. Por ejemplo, puesto frente a cuadrados de papel se puede dar cuenta que reúnen la misma superficie aunque estén esos cuadrados amontonados o aunque estén dispersos.


Estadio de las operaciones formales
Desde los 12 en adelante (toda la vida adulta).
El sujeto que se encuentra en el estadio de las operaciones concretas tiene dificultad en aplicar sus capacidades a situaciones abstractas. Si un adulto (sensato) le dice "no te burles de x porque es gordo... ¿qué dirías si te sucediera a ti?", la respuesta del sujeto en el estadio de sólo operaciones concretas sería: "YO no soy gordo".
Es desde los 12 años en adelante cuando el cerebro humano está potencialmente capacitado (desde la expresión de los genes), para formular pensamientos realmente abstractos, o un pensamiento de tipo hipotético deductivo.

Psicolgía Infantil de los 6 a los 12 años

A menudo tanto padres como educadores buscamos información de por qué un niño puede llegar a bloquearse con los estudios o sencillamente se bloquea cuando le preguntan la lección delante de sus compañeros de clase, o bien se sorprenden cuando un niño con una capacidad intelectual elevada queda aislado y no llega a tener amigos. Esta obra proporciona las respuestas a éstas y muchas otras preguntas y asesora de cómo y cuándo hay que actuar tanto en casa como en el colegio.

Desarrollo humano en los años preescolares


(2-6 años)Desarrollo físico
Respecto al crecimiento, en esta etapa se observa un aumento regular de la talla y el peso, aunque a un ritmo más lento que en los dos primeros años. Al igual que ocurría en la infancia, en estas edades se observan grandes diferencias individuales en cuanto al crecimiento se refiere. También se observan cambios en la forma y estructura corporal.

Con respecto al desarrollo motor, también se aprecian importantes logros tanto en independencia como en coordinación. Y asistimos en estos años al desarrollo de la lateralidad, o preferencia por el uso de una mano sobre otra. La dominancia lateral implica dominancia cerebral contralateral, lo que significa que los zurdos presentan dominancia cerebral derecha y los diestros dominancia cerebral izquierda.

En cuanto al desarrollo de la grafomotricidad, en estas edades se observan los primeros garabatos, o relación entre la producción gráfica y objetos externos, y un mejor control del trazo.  
 
Desarrollo cognitivo

En los años preescolares según Piaget la inteligencia de los niños atraviesa la denominada “etapa preoperacional”. Esta etapa se caracteriza por un incremento del pensamiento simbólico, lo que permite un uso más sofisticado del lenguaje. No obstante, Piaget describe las habilidades del niño de esta etapa en negativo, y considera esta etapa un proceso de transición hacia la etapa donde se da propiamente el razonamiento lógico, la “etapa de las operaciones concretas”. Así, el niño preoperacional se puede considerar: atrapado por la apariencia perceptiva de los objetos, incapaz de relacionar estados iniciales y finales de un proceso, incapaz de usar el pensamiento reversible, razonando de forma transductiva y no lógica, egocéntrico.

No obstante, muchos autores actuales consideran que Piaget infravaloró las capacidades del niño preoperacional, y que aplicando pruebas de evaluación más adaptadas se consiguen mayores niveles de rendimiento por parte del niño.

Respecto a otras capacidades cognitivas, en estas edades encontramos los primeros signos de memoria autobiográfica, aunque todavía no alcanza la precisión de los años escolares.

En esta etapa encontramos que el niño ya es capaz de captar regularidades situaciones y empieza a agrupar el conocimiento en esquemas (conocimiento temático) y categorías (conocimiento taxonómico).

En relación al lenguaje, el niño muestra grandes progresos a nivel de sintaxis, pues la longitud y complejidad de las oraciones que forma se incrementa notablemente. Además, sigue incrementándose el vocabulario de una forma vertiginosa, de manera que hacia los 6 años poseen alrededor de 14000 palabras. En estas edades el niño empieza también a dominar las reglas gramaticales, aunque pueden cometer errores de sobrerregularización, al querer aplicarlas de forma demasiado estricta. Por último, aparece en esta etapa el habla privada (hablar para sí mismo), lo que para muchos contribuye al desarrollo de la pragmática, y se perfecciona el habla social.

Otra habilidad cognitiva que aparece en estos años es la denominada “teoría de la mente”, o comprensión de los procesos mentales humanos. A partir de los 4 años, los niños son capaces de entender que otra persona puede poner en marcha procesos mentales distintos a los suyos. Por último, otras de las capacidades cognitivas que aparecen en esta edad tienen que ver con el razonamiento probabilística y aritmético y el uso de las normas.

Desarrollo social y de la personalidad

Una vez formados los vínculos de apego, las relaciones entre los padres e hijos en los años posteriores están marcadas por los estilos de crianza desarrollados por los padres con el fin de socializar a sus hijos. Estos estilos los podemos dividir en:
Estilo autoritario, caracterizado por altos niveles de control y exigencia y escasas muestras de afecto.
Estilo democrático, caracterizado por altos niveles de control y exigencia, pero también altos niveles de afecto y comunicación.
Estilo indulgente, con bajos niveles de control y exigencia, y altas muestras de afecto.
Estilo negligente, con bajos niveles de control y exigencia y bajas muestras de afecto, lo que se asocia a patrón de abuso y malos tratos.

Respecto al desarrollo emocional, en estos años encontramos que las emociones se hacen cada vez más específicas con ayuda del lenguaje, y los niños comprenden mejor las emociones, asociándolas a contextos específicos. Respecto a su capacidad de autorregulación emocional, en estos años los niños siguen perfeccionando esta capacidad, dependiendo cada vez menos de los adultos para adaptar la intensidad y expresión emocional de forma socialmente correcta.

En los años preescolares los niños van desarrollando su conciencia del yo, aunque su autoconcepto todavía se basa en características muy concretas y poco abstractas, por lo que se considera cambiante y arbitrario. En cuanto a la autoestima, los niños se valoran en dimensiones relacionadas con la competencia física, académica, y la aceptación por parte de los iguales y de los padres.

En esta etapa los niños desarrollan la identidad de género, y a lo largo de estos años toma conciencia de que el género es un rasgo invariante que permanece más allá de la apariencia perceptiva.

En sus relaciones con otros, los preescolares desarrollan relaciones con los iguales basadas en la reciprocidad y la ayuda mutua, donde tienen cabida tanto las respuestas agresivas como las prosociales, y donde abunda el juego social sobre el individual.

Por último, en relación al desarrollo moral, los niños preescolares dan muestras de conductas morales primitivas. Según Piaget, esta etapa sería de la denominada de “heteronomía moral”, donde los niños aún no son flexibles en su aplicación de las normas, y miden la bondad del acto no por la intención sino por el resultado. En esta etapa los niños dan muestras de una obediencia y respeto absoluto a las normas de los adultos. Otro autor muy importante en el área del desarrollo moral, Kohlberg, considera que los niños preescolares se encuentran en el estadio de “moral preconvencional”, según el cual los juicios del niño se basarán en sus figuras de autoridad, pero serán reflejo de su egocentrismo y de su inflexibilidad a la hora de discriminar las buenas de las malas intenciones.

  

Cargando al bebé

Documental sobre las formas de cargar al bebé a lo largo de la historia y su influencia en el bebé

domingo, 20 de mayo de 2012

Lateralidad: niño diestro, niño zurdo


La lateralidad es una función que hace posible que nos orientemos en el espacio y en el tiempo y que va a permitir al niño entender las letras y los números. Es consecuencia de la distribución de funciones bien diferenciadas que se establecen entre los dos hemisferios cerebrales: el dominante que es el científico, donde estaría la función de lateralidad corporal y el subdominante o artístico que favorece el comportamiento social La lateralidad es una función que se adquiere entre los 4 y los 12 años. Su construcción depende de una serie de factores como: • la información genética, • la influencia física del entorno, • las condiciones afectivas relacionadas con las semejanzas y diferencias que el niño busca de los adultos • de los factores educativos directos Sin una buena lateralidad, el niño no sabría si la escritura tiene que ajustarse a un patrón de ordenamiento diestro o zurdo, no sabría diferenciar si el orden es“23” ó “32”, o si se escribe “ES” o “SE”; no diferenciaría el mensaje, pensaría que son garabatos que no tienen relación.

Un niño diestro leería 1 – 2 – 3, pero para niño zurdo sería 3 – 2 – 1 (como si mirase el espejo); así nos explicamos las inversiones que realizan los zurdos que no se han adaptado al sentido direccional diestro.

Importancia de la familia
La familia, en los primeros años es el medio más propicio donde podemos ayudar al niño, desarrollando actividades de la vida cotidiana como: cepillarse los dientes, abrir puertas, escurrir una esponja..; y potenciar la mano dominante: jugar a cartas, reconocer el cuerpo, hacer puzzles, identificar objetos con la mano dominante teniendo los ojos tapados...

No olvidemos que las respuestas más viscerales y las raíces de su identidad nacen en el seno familiar y no podemos delegar en la escuela la parte que corresponde a la familia y tener en cuenta que “construir una buena organización lateral ojo-mano-pierna-oído, ha permitido que muchos niños hayan resuelto sus problemas escolares e incluso personales y estén avanzando correctamente tanto desde el punto de vista físico como mental y afectivo.” Es necesario implicarse en el desarrollo de la lateralidad del niño para disminuir el riesgo de una lateralidad desorganizada ya que dicha desorganización puede perturbar o dificultar el aprendizaje y la adaptación del niño al lenguaje escrito.

Hay que tener en cuenta:
• Si un niño es diestro y desarrolla correctamente su sistema audioviso- motriz, no tiene porqué tener problemas.
• Si un niño es zurdo y organiza bien su lateralidad no le costará mucho adaptarse a una cultura de niño diestro.
• Pero si un niño tanto si es diestro como zurdo no madura correctamente su organización lateral, se convierte en un candidato con problemas frente al aprendizaje y a la adaptación.

No podemos olvidar que:
• Niños que renuncian a su lateralidad por parecerse a sus padres, hermanos o bien por problemas de celos,
• Niños que para ser líderes en clase y en contra de su tendencia genética se han hecho diestros.
• Niños que para parecerse a su profesor se han hecho zurdos.
• Niños zurdos que renuncian a su lateralidad por no tener modelos de identificación zurdos.
• Niños de tendencia diestra que permanecen anclados en el lado izquierdo, en una actitud regresiva, por falta de comunicación, miedos, temores...

Una buena organización lateral ojo-mano-pierna-oído ayuda en el desarrollo escolar y en la evolución física y mental.


*Información de Juana Lorente Aledo y Marisa Rodes Bravo
Logopeda - Psicóloga

Teoría de integración sensorial

Habitualmente los problemas de comportamiento y atención en los niños son abordados con fármacos o con programas conductuales basados en premios y castigos.
Ambas estrategias suelen dar buenos resultados, aunque con el inconveniente de que representan un control externo sobre el niño y pueden crear dependencia. Es decir, el niño funciona bien con la pastilla o con el premio correspondiente; pero si le faltan, su actitud empeora.

Para evitar dicha dependencia, en coordinación con el médico o el psicólogo, el terapeuta ocupacional especializado en integración sensorial trabaja con el niño el aprendizaje de la autorregulación. Tras una evaluación específica del niño, se diseña un programa de actividades individualizadas, acorde con sus características sensorimotoras.

Es imprescindible que padres y educadores sepan reconocer los estados de alerta inadecuados. Por ejemplo, un exceso de actividad o estar irritable son síntomas de un nivel de alerta inapropiado. Si se sabe cómo lograr que un niño se autorregule mediante una actividad ocupacional, se evitarán muchos problemas.
El niño y la rutina
 
Para que los niños puedan regular su conducta es importante que sus actividades diarias estén organizadas de un modo equilibrado y previsible. A todos los niños les resulta tranquilizante saber lo que va a ocurrir a continuación.

Del mismo modo que el suspense y lo desconocido excitan, las vidas desordenadas, con muchos cambios imprevisibles, producen inseguridad o excitación que se traduce frecuentemente en conductas negativas.

Como es normal, todas las familias tienen momentos en los cuales hay que romper la rutina. En dichos momentos, debemos intentar mantener cuantos más elementos de la rutina sea posible. Por ejemplo, si se va a dormir fuera conviene llevar el muñeco, el libro de cuentos u otros elementos que suelen formar parte de la rutina de acostarse.

Grandes cambios, como mudarse de casa, por ejemplo, pueden ser especialmente difíciles para los niños. Prepararlos, explicándoles claramente lo que va a pasar, les ayuda a sentirse más tranquilos. Hacer un dibujo o un juego con los aconteci-mientos especiales que se aproximan ayuda a que los niños estén más preparados para afrontarlos.

El niño y los actos sociales
Para que la presencia de niños en actos sociales donde se requiere tranquilidad y silencio no acabe en riñas, castigos y disgustos, la Terapia Ocupacional nos brinda algunas estrategias.

A muchos niños les resulta difícil permanecer sentados y tranquilos, por ejemplo, durante una ceremonia de boda o en una comida en un restaurante. Como es normal, se mueven, tocan todo lo que está a su alcance y buscan maneras de estimular su sistema nervioso.

Para tratar de evitar esas conductas, debemos procurar que anteriormente obtengan la dosis sensorial que necesitan. Por ejemplo, actividades como saltar a la comba, jugar intensamente en los juegos del parque o jugar al balón proporcionan sanos estímulos vestibulares y propioceptivos que ayudan a regular el estado de alerta y tener más tranquilidad.

Debemos evitar que vean televisión, que jueguen a la videoconsola o que realicen otros juegos sedentarios justo antes de un acto social formal. Si previamente han tenido bastantes estímulos sensoriales, proporcionarles después algunos juguetes pequeños será suficiente para que se entre tengan y no molesten a los demás.

El niño en el supermercado
 
Hay que implicar a los niños en la ocupación, lo cual hará que se sientan importantes, no se aburran y, por tanto, no empiecen con perretas para reclamar la atención. Por ejemplo, podemos preparar en casa la lista de la compra con ellos, aprovechando el momento para practicar la escritura y, a la vez, introducirlos en el arte de gestionar un hogar.

Una vez en el supermercado, el niño puede levantar bolsas de patatas y paquetes de leche para meterlos en el carro o llevar alguna bolsa con los artículos comprados.m También puede ayudar a meter la compra en el coche o llevarla hasta casa, guardarla en los armarios, etc.

Viajar en coche con niños
 
Tener un desplazamiento tranquilo en el coche con dos o tres niños en el asiento trasero es algo que parece a veces imposible. El no poder moverse del sitio y las escasas posibilidades de cambiar de postura causan que muchos niños se vuelvan más irritables en el automóvil. En ese estado es más probable que estallen riñas y conflictos entre los ocupantes del asiento trasero.

Por ello, hay que procurar que los niños tengan ocasión de moverse bastante y de tener actividades físicas suficientes antes de efectuar un viaje, porque es algo que les ayuda mucho a estar más tranquilos.

Separar a los niños con unos almohadones o varios muñecos de peluche es una buena manera de evitar los pequeños roces que pueden transformarse rápidamente en grandes riñas.

Poder escuchar música por unos cascos o ver una película en un reproductor de DVD es otro modo de mantener la atención de los niños alejada de las peleas. Si no, siempre es posible recurrir a algo más tradicional como es animarlos a cantar algunas de sus canciones favoritas.

El niño hipersensible 

El niño etiquetado como arisco es, a veces, un niño hipersensible táctilmente, al que la típica caricia que los mayores suelen hacer en la cabeza le supone una verdadera molestia.

Padecer hipersensibilidad táctil también puede provocar que el niño rechace que le laven el pelo, la cara o los dientes. Asimismo, rechazar vestirse y tener dificultades con el sueño y la aceptación de alimentos son también problemas frecuentes en este tipo de niño.

Debemos entender que hay una razón neurológica detrás de dichas conductas negativas y, por tanto, debemos tratar de adaptar las actividades diarias para que sean más llevaderas para el niño.
El niño y el sueño
 
Los niños, para dormirse tranquilos, en los momentos previos tienen que evitar ciertos estímulos excitantes, como son ver la televisión y jugar a la videoconsola o al ordenador. Actividades como saltar o correr también deben evitarse a medida que se aproxima la hora de irse a la cama.

Estas actividades físicas, sin embargo, deben formar parte de la rutina diaria del niño en otras horas, puesto que ayudan a regular el estado de alerta y facilitan que, más tarde, la transición entre la vigilia y el sueño se realice adecuadamente.

Pero justo antes de dormir conviene realizar actividades que proporcionen estímulos relajantes. Por ejemplo, mecer a los niños, bien arropados y calentitos, ayuda a que se relajen antes de ir a la cama. Es preferible que el niño no se duerma mientras lo están meciendo, para que aprenda a dormirse solo en su propia cama.

Una vez acostados, a algunos niños les viene bien que la ropa de la cama esté bien ceñida sobre ellos. Este estímulo de tacto profundo resulta muy eficaz para relajar; es comparable al efecto de un masaje relajante.

Niños que no comen bien
 
Existen numerosas causas y de muy variados tipos por las que los niños no comen bien. A veces se trata de niños hipersensibles, es decir, con una excesiva sensibilidad oral, a los que les producen una sensación muy desagradable tanto las texturas como los sabores de los alimentos.

Por esta causa, estos niños tendrán tendencia a los alimentos crujientes y secos o a los purés y líquidos muy finos. Hay otros niños cuya causa para no comer bien es el hastío que tienen de tomar siempre purés y papillas, cuando ya podrían estar con alimentos de texturas más duras.

Igual que cualquier adulto se cansaría de comer siempre casi lo mismo, los niños también se hartan de tomar durante meses y meses comidas muy parecidas.

En ambos casos, tanto en el de los niños hipersensibles como en el de los que están cansados ya de purés y papillas, puede resultar beneficioso incorporar a sus comidas alimentos crujientes, siempre teniendo en cuenta la capacidad de masticación del niño.

Se les puede dar, por ejemplo, biscotes, ya que se deshacen fácilmente con la saliva en la boca, pero ofrecen una textura crujiente que suele gustar a casi todos los niños. Alternar una cucharada de verdura o fruta con un trocito de biscote también puede ser un buen truco.


Autonomía infantil en el cuarto de baño

 
Las dificultades de muchos niños con el aprendizaje del uso de la bacinilla y el inodoro pueden ser debidas a un problema en el procesamiento sensorial. Es posible que un niño que no acaba de adquirir el control de sus esfínteres sea hiposensible a los estímulos y no sienta la necesidad de evacuar; o que la sienta in extremis, cuando ya no queda tiempo para acudir al cuarto de baño. Puede incluso no darse cuenta de que se ha manchado.

Otros niños pueden ser hipersensibles y rechazar el contacto de su piel con la fría porcelana del inodoro. Algunos experimentan desagradables sensaciones en el momento de evacuar y optan por retener heces y orina para evitarlo. Esta conducta puede provocar infecciones y estreñimiento.

En ambos casos, los juegos y las actividades que proporcionan estímulo propiocep-tivo, es decir, las que requieren fuerza muscular, ayudan a normalizar el procesa-miento sensorial. Una intervención de Terapia Ocupacional basada en la Teoría de la Integración Sensorial también puede ayudar a que el niño responda de manera más adecuada a sus señales corporales.



* Información por Isabelle Beaudry Bellefeuille
Terapeuta Ocupacional.

La magia de la música en la estimulación temprana


Musica y estimulacion temprana (C.I.) por raulespert

El gateo



El gateo es el resultado de una evolución en el control del cuerpo. Es un movimiento armónico, simétrico, coordinado que proporciona a la columna un alivio rápido y efectivo desde las primeras jornadas del ejercicio. Los bebés suelen empezar a gatear hacia los ocho a nueve meses, algunos lo hacen alrededor del año, otros a los seis meses, mientras que hay niños que aprenden a caminar sin haber gateado nunca.

Para el bebé esta es una etapa muy importante en su desarrollo evolutivo ya que les ayuda a fortalecer y desarrollar los músculos de sus brazos, piernas, espalda y cuello, así como las articulaciones de todo su cuerpo. Mediante el gateo el bebé desarrolla sus sentidos y desarrolla la autonomía, ya que al abandonar la quietud, el bebé comienza a decidir hacia dónde ir y por dónde moverse, lo cual es fundamental para que pueda ir aprendiendo a tomar sus propias decisiones.

A continuación le brindamos algunos aspectos que puedae darle a conocer sobre la importancia del gateo.

1. El gateo es una de las bases para el desarrollo cerebral y educativo del niño. Gracias al gateo se van creando las rutas de información neurológica entre los dos hemisferios, esto quiere decir, que va a facilitar el paso de información esencial del un hemisferio a otro, permitiendo la maduración de las diferentes funciones cognitivas.

2. Desarrolla el patrón cruzado, es decir, la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado y en equilibrio del cuerpo humano. Esto implica que el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho.


3. Desarrolla el sistema vestibular de suma importancia para activar la emisión de señales de los dos laberintos del oído al cerebelo, el desarrollo de esto permite que el bebé desarrolle su percepción, así el podrá saber a ciencia cierta dónde están todos y cada uno de los puntos de su propio cuerpo, así el cerebro puede ordenar a cada parte particular que actue conforme a las necesidades que se presenten en forma ordenada e independiente.

4.- Otro aspecto que permite desarrollar el gateo es la convergencia visual, el bebé al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el proceso de convergencia es cuando el bebé enfoca ambos ojos en un punto a la distancia que atrae su interés. Por ejemplo si se dirige a un punto gateando, dirige ambos ojos al infinito; la idea es desarrollar esta convergencia mediante ejercicios que faciliten la acomodación visual. Se sabe por estudios optométricos, el gateo influye bastante en evitar problemas visuales a futuro.

5.- El gateo ayuda al niño a determinar el espacio que le rodea, con lo cual motiva su desarrollo neorológico obteniendo información del ambiente, que le permitirá ejecutar una interacción social.

6.- Ayuda a desarrollar la “dominación hemisférica”, proceso por el cual se incrementan las habilidades de los niños; es de señalar que los hemisferios determinarán el empleo de la parte derecha o izquierda del cuerpo en tal o cual acción que el niño realice.

7.- Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir. Por tanto, el gateo favorece decisivamente la aparición temprana de ambas funciones -leer y escribir- con los beneficios adicionales que ello conlleva intelectualmente.


Por ello es muy importante poder darle la oportunidad a los bebés de gatear libremente, muchas veces no les permitimos realizarlo porque siempre estamos pendientes a que se vayan a ensuciar, o que se pueden hacer daño, o por cuestión de seguridad pensamos que mejor están en el corral, limitando su espacio para la exploración, para que se puedan trasladar por diversos lugares fortaleciendo su autonomía y seguridad.

Los padres o adultos a cargo de los niños deben buscar brindar un espacio en que el niño pueda desplazarse con facilidad. No obligarlo a ponerse de pie, el niño lo hará cuando realmente se sienta seguro. Si lo presionamos, y el niño no se siente preparado lo más probable es que pronto se desanime y no quiera volver a pararse, ya que lo que hemos logrado es haberlo bloqueado.

Es recomendable poder adaptar la casa para que el niño pueda gatear libremente. Debemos cerrar los lugares peligrosos, como los enchufes, tener cuidado con las esquinas de los muebles. Es también importante poder tener en cuenta la ropa que usa el niño cuando gatea, está debe de ser cómoda, es preferible que no use zapatos.

Los niños necesitan siempre una motivación para que puedan sentirse interesados para poder realizar las actividades sobre todo si son nuevas para él. Es muy probable que los niños en un inicio no quieran gatear ya que es un ejercicio que ellos deben de ir realizando poco a poco, por ello, es muy importante acompañarlo en esta nueva etapa y lo motivaremos con ayuda de su juguete preferido o algún otro juguete que colocaremos a cierta distancia del niño y estimularlo a gatear para poder irlo a busca



Los primeros cuatro años de vida determinan el futuro desarrollo del niño


Las neurociencias han demostrado que dos billones de neuronas se crean en los primeros meses de vida, pero sólo con la adecuada estimulación cognitiva, afectiva y el acceso a distintas experiencias es posible que los niños y niñas logren su pleno desarrollo.

El rendimiento académico, las posibilidades de caer en la delincuencia o de ser adicto a la nicotina; son solo algunos de los aspectos que se ven determinados por los primeros cuatro años de vida. Cada día las neurociencias entregan más evidencias de que la primera infancia es una de las etapas más decisivas en la vida de un ser humano, ya que en ella se sientan las bases de las capacidades cognitivas, sociales y afectivas centrales que prepararan a un niño o una niña para la vida en sociedad.

En la última década los avances científicos han permitido una mayor comprensión de los procesos de desarrollo cerebral y del sistema nervioso y sensorial, evidenciándose la importancia vital de la vida intrauterina y de los primeros años en la maduración biológica que permite a los individuos llegar a ser personas integradas en una sociedad. Por ejemplo, en los primeros meses de vida se desarrollan más de cien billones de neuronas las cuales en una delicada obra de ingeniería deben unirse para dar forma definitiva al cerebro y establecer las conexiones que permitirán los pensamientos, sentimientos, emociones, expresiones, acciones desde allí hasta su adultez.

Así es como, la Organización Mundial de la Salud ha señalado que las condiciones ambientales en la primera infancia, son el determinante más poderoso de las competencias básicas con las que un ser humano se adaptará al mundo. De hecho, asevera que el desarrollo temprano continúa influyendo en la salud de las personas, en distintas formas, a lo largo de todo el ciclo vital.

Como ya lo señalaba Hyman “….en la danza de la vida, los genes y el ambiente son socios inseparables. Los genes esbozan el esquema básico del cerebro, luego la estimulación del medioambiente, ya sea la luz que llega a la retina o el sonido de la voz en el nervio auditivo, enciende y apaga los genes afinando estructuras cerebrales, antes y después del nacimiento.”

Condiciones que no se repiten

Las investigaciones han demostrado que existe una edad óptima para los distintos tipos de estímulos sensoriales y motores, pasada la cual, no vuelven a darse de la misma manera. Es así como la cantidad, calidad, intensidad y diversidad de las experiencias sensoriales y motoras determina en gran medida la gama de estímulos que el niño será capaz de reconocer y apreciar.

De este modo, un niño que no recibe la estimulación necesaria queda con un rezago o retraso en el desarrollo que –de no ser tratado- será determinante para el resto de su infancia y vida adulta. Las cifras son bastante elocuentes: Según Verónica Silva, Secretaria Ejecutiva del programa Chile Crece Contigo, en Chile 3 de cada 10 niños llegan a la Educación Preescolar con algún nivel de rezago. Por ello “es fundamental detectar tempranamente ese rezago y generar las instancias para que todos los niños y niñas reciban la estimulación adecuada”.

Pero no sólo se trata de la estimulación cognitiva. “Nada de esto sirve si no es apoyada su parte afectiva y social, si son queridos y contenidos de forma que aprendan a confiar en el mundo”, señala Pilar Fort, investigadora y experta de la organización norteamericana Zero to Three que promueve el adecuado cuidado y estimulación de niños pequeños.

Por el contrario, la adversidad y las relaciones deterioradas también impactan en el desarrollo del cerebro. De esta forma, cuando el niño o la niña no reciben relaciones de protección y cuidados adecuados, aumenta el nivel de hormonas asociadas al estrés generando mayor riesgo de enfermedades físicas y mentales que dura hasta su vida adulta. También se ha demostrado que de los castigos no se extraen aprendizajes, al contrario es con los resultados positivos que se activan las redes neuronales en el cerebro, plasmando el aprendizaje correcto. Por esto es importante que los padres y cuidadores de niños en lugar de retarlos cuando hacen algo mal, les muestren la forma correcta de hacerlo. “Los aprendizajes hay que enseñarlos a través del ensayo reiterativo”, grafica Marcela Peña, investigadora en Neurociencias de la U. de Chile.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la calidad del cuidado materno produce efectivos cognitivos y emocionales de largo plazo. Lo importante de esto es que las habilidades de crianza pueden mejorarse y que existe un amplio interés de los padres por entregar una buena formación a sus hijos.

Por esto es que en todo el mundo se están fomentando programas de protección integral a los niños menores de 4 años. Con el fin de ayudarlos a desarrollar toda su capacidad y que tengan las condiciones para vivir una vida plena. Esto planes incluyen a la familia, su entorno, condiciones de vida y por supuesto, la detección temprana de cualquier trastorno o problema de salud.


*Información por Rocina Uriarte

La teoría del Desarrollo Psicosocial de Erikson



Al igual que Piaget, Erik Erikson (1902-1994) sostuvo que los niños se desarrollan en un orden predeterminada. En vez de centrarse en el desarrollo cognitivo, sin embargo, él estaba interesado en cómo los niños se socializan y cómo esto afecta a su sentido de identidad personal. La teoría de Erikson del desarrollo psicosocial está formada por ocho etapas distintas, cada una con dos resultados posibles.
Según la teoría, la terminación exitosa de cada etapa da lugar a una personalidad sana y a interacciones acertadas con los demás. El fracaso a la hora de completar con éxito una etapa puede dar lugar a una capacidad reducida para terminar las otras etapas y, por lo tanto, a una personalidad y un sentido de identidad personal menos sanos. Estas etapas, sin embargo, se pueden resolver con éxito en el futuro.

1. Confianza frente a desconfianza.
2. Autonomía frente vergüenza y duda.
3. Iniciativa frente a culpa.
4. Industriosidad frente a inferioridad.
5. Identidad frente a confusión de papeles.
6. Intimidad frente a aislamiento.
7. Generatividad frente a estancamiento.
8. Integridad del yo frente a desesperación.


La relación materno-infantil


Iniciamos con la relación materno-infantil y la importancia de la lactancia materna.
La Lactancia Materna es el mejor medio de proporcionar al niño(a) las sustancias nutritivas y vitales que necesita para su crecimiento y desarrollo, protección contra enfermedades alérgicas e infecciosas, seguridad emocional y amor, así mismo ofrece beneficios sobre la salud de la madre y ayuda a establecer un vinculo especial entre ella y su hijo. Cuando este contacto estrecho es establecido inmediatamente después de que el niña(o) nace se le llama apego, originando el amamantamiento inmediato, desarrollo rápido y menor llanto en el Recién Nacido.
La lactancia materna ya no supone una cuestión de supervivencia. Por ello, la forma de criar a los recién nacidos se ha convertido en una elección libre para la madre que desee vivir en su cuerpo una experiencia única y dar a su hijo lo mejor. Los profesionales sanitarios y las mujeres saben que la lactancia materna proporciona innumerables ventajas para la salud. Pese a ello, en las últimas décadas se ha observado una disminución del número de mujeres que amamantan a sus hijos, fenómeno relacionado con los nuevos estilos de vida, la incorporación de la mujer al mundo laboral, la gran influencia de la “cultura del biberón”, etc.
¿Por qué amamantar?
La leche materna es muy importante en los primeros meses de vida, fundamental y vital para el recién nacido.

  • El amamantamiento fortalece una relación especial entre la madre y su bebé y amamantar es más práctico y económico.
¿Cómo está formado el órgano mamario?
    La mama está compuesta de un gran número de alvéolos productores de leche, y conductos de salida de la leche, la cual se junta en los senos lactíferos, esperando la orden para salir por el pezón Los alvéolos están ubicados sobre el tórax, y los conductos lactíferos, en la mitad anterior de los senos. Alrededor de cada alvéolo hay células llamadas mioepiteliales, capaces de contraerse comprimiendo al alvéolo de tal manera que lo obliga a expulsar la leche hacia los conductos.
Mantenga una buena postura.
    Una buena posición al pecho es aquella en la que tanto la madre como y el niño están en una postura cómoda. El amamantar no duele y debe de ser algo placentero para ambos. La succión frecuente ayuda a que la leche baje más pronto.  El estado de ánimo de la madre también influye en el flujo de la leche; es decir, que si la mujer está nerviosa, incómoda, se siente juzgada, triste o tiene dolor y aunque haya leche, no saldrá fácilmente; por el contrario, si se siente apoyada, protegida y segura, la oxitocina se producirá y la leche fluirá generosamente.
    LA MADRE: La mujer debe sostener al bebé cómodamente. La forma más fácil de aprender es sentada. Lo ideal es hacerlo en una silla baja o utilizar un banquito como reposapiés, para que los muslos no estén orientados hacia abajo; también puede ser útil colocar una almohada o un cojín para acercar al bebé y tenerlo bien apoyado frente al pecho, sin tener que cargar con todo su peso durante la toma. Esto elimina la tensión de la espalda y los hombros.   
    EL BEBE: El bebé debe estar cómodo, sin tener que esforzarse para llegar al pecho. Todo su cuerpo tiene que estar casi en línea recta. Si la cabeza está flexionada hacia delante, no podrá tragar. Es conveniente que esté ligeramente inclinado hacia atrás, de forma que su barbilla presione el pecho de la madre. La boca debe quedar a la altura del pecho para que no tenga que tirar de él hacia abajo o hacia un lado.


Beneficios Para el Bebé.

·Se protege contra enfermedades, principalmente la diarrea.
·Recibe una nutrición que lo previene de la desnutrición y la obesidad.
·Siente Confianza y seguridad
·No le provoca alergias.
·Se expone menos a caries o tratamientos de ortodoncia como los niños que se alimentan con biberón.
·No necesita otros líquidos aún en climas calurosos.
·No necesita otros alimentos durante los 6 primeros meses de Vida.

Beneficios Para la Madre.

·Ayuda a recuperar más rápido la figura.
·Evita hemorragias después del parto.
·Mientras lo amamanta, descansa y disfruta más de su bebé.
·Ahorra Mucho Dinero.
·Disminuye el Riesgo de Cáncer Mamario.
·No pierde tiempo porque la leche materna tiene la temperatura adecuada. 

Jean Piaget: etapas de desarrollo cognitivo