lunes, 21 de mayo de 2012

Educación sexual en la infancia y la adolescencia.



La educación sexual es una tarea muy importante para los padres; es por ello que le damos unas pautas para que sepa enfrentarse mejor a la educación de su hijo.

Algunas características de los niño/as en 12-16 años
La adolescencia, que se inicia con la pubertad, es el período de transición de la infancia a la madurez. De aquí que se caracterice por su inestabilidad y por sus cambios tanto a nivel biológico (rápido crecimiento del cuerpo), como psicológico y social (el grupo de amigos cobra más fuerza, y el niño/a va adquiriendo una mayor independencia con respecto a su familia). En general, es una etapa de altibajos producidos por la búsqueda de la propia identidad y por el intento de entrar en el mundo de los adultos.
Así, en esta etapa los aspectos que le interesan, en mayor o menor grado, son todo lo relacionado con la sexualidad y, sobre todo, sus propias vivencias, sensaciones corporales, sus sentimientos de miedo, extrañeza o curiosidad hacia la sexualidad y su propia imagen, así como su atractivo físico.

Orientaciones para educar sexualmente a un hijo/a de 12-16 años
Los padres/madres pueden contribuir hablándole de los cambios corporales que están teniendo o van a tener y promoviendo siempre actitudes de diálogo. Esto significa que han de mostrar siempre una clara disposición para hablar o escuchar cualquier tema que al hijo/a preocupe. Los hijos/as que han disfrutado de una comunicación abierta, respetuosa y sincera sobre la sexualidad desde la infancia, tendrán más confianza para hablar de ello con sus padres/madres en esta etapa “compleja”.
Es importante que favorezcan en él/ella una autoestima positiva y una aceptación de sí mismo/a. Esto requiere ayudarle a que se quiera tal y como es, con sus capacidades e incapacidades, con sus características bellas y menos bellas, con sus virtudes y sus defectos, porque somos humanos y no somos perfectos.
Han de enseñarle a ser crítico y no dejarse influir por las “modas” u opiniones de los demás; y, también a ser flexible en relación a las inclinaciones sexuales de cada persona y a los roles sexuales. La mejor forma de lograr esto es con el propio ejemplo: si en la familia se trata a todos por igual y se “respira” un clima de respeto y aceptación de la diferencia (heterosexuales, homosexuales, bisexuales, personas de diferentes razas o etnias, etc), el hijo/a adquirirá más fácilmente estas actitudes, que son positivas y deseables en cualquier persona íntegra y madura.

Relaciones sexuales
Por otro lado, sobre los aspectos más relacionados directamente con la sexualidad pueden, en principio, dialogar sobre los mitos existentes. Después, será importante que le hablen de la práctica de las relaciones sexuales y sus fines, sin dejar a un lado el afecto, la intimidad y la responsabilidad; y también de los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual (cuáles son y cómo pueden prevenirse) y, consecuentemente, de unos hábitos de higiene sanos.
Respecto a los métodos anticonceptivos, deben orientarle sobre cuáles son y cómo se usan. También es importante comentarle qué servicios existen para aclararle sus dudas respecto a la sexualidad (Centro de Planificación Familiar, Centro de Información Juvenil, ambulatorio…), y dónde están.
Otros temas de los que es conveniente hablar son las violaciones, los abusos o agresiones sexuales; dándole orientaciones sobre cómo ha de actuar y dónde ha de denunciarlos.
Como conclusión, decir que saber comunicarse eficazmente con un hijo/a es la mejor habilidad para conseguir una buena educación sexual del mismo/a, y más en esta etapa

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