lunes, 21 de mayo de 2012

Video: Guía para entender a los adolescentes

Link para ver video: Guia para entender a los adolescentes: 1 - Riesgos

http://www.ver-documentales.net/guia-para-entender-a-los-adolescentes-1-riesgos/
o
http://www.documaniatv.com/social/guia-para-entender-a-los-adolescentes-1-riesgos-video_5d6d249db.html

Los adolescentes están en el limbo: no son aún adultos pero ya no se consideran niños. Atrapados en un confuso mundo de cambio, se ven envueltos en complejos problemas que tienen que resolver pensando en las consecuencias para su futuro.

Pero, ¿por qué es tan compleja la etapa de la adolescencia? Esta provocadora y entretenida serie que Odisea les presenta explorará científicamente los cambios físicos y psíquicos que tienen lugar en sus cuerpos y que estimulan sus conductas.

A través de entretenidos experimentos y de las últimas investigaciones sobre la sociedad y la familia intentaremos entender por qué tienen bruscos cambios de humor, cómo son sus relaciones sexuales o incluso cómo les afectan las bebidas alcohólicas. Una visión sobre las características que hacen de la adolescencia una etapa única en la vida..

Preguntas sexuales con niños de preescolar





Educación sexual en la infancia y la adolescencia.



La educación sexual es una tarea muy importante para los padres; es por ello que le damos unas pautas para que sepa enfrentarse mejor a la educación de su hijo.

Algunas características de los niño/as en 12-16 años
La adolescencia, que se inicia con la pubertad, es el período de transición de la infancia a la madurez. De aquí que se caracterice por su inestabilidad y por sus cambios tanto a nivel biológico (rápido crecimiento del cuerpo), como psicológico y social (el grupo de amigos cobra más fuerza, y el niño/a va adquiriendo una mayor independencia con respecto a su familia). En general, es una etapa de altibajos producidos por la búsqueda de la propia identidad y por el intento de entrar en el mundo de los adultos.
Así, en esta etapa los aspectos que le interesan, en mayor o menor grado, son todo lo relacionado con la sexualidad y, sobre todo, sus propias vivencias, sensaciones corporales, sus sentimientos de miedo, extrañeza o curiosidad hacia la sexualidad y su propia imagen, así como su atractivo físico.

Orientaciones para educar sexualmente a un hijo/a de 12-16 años
Los padres/madres pueden contribuir hablándole de los cambios corporales que están teniendo o van a tener y promoviendo siempre actitudes de diálogo. Esto significa que han de mostrar siempre una clara disposición para hablar o escuchar cualquier tema que al hijo/a preocupe. Los hijos/as que han disfrutado de una comunicación abierta, respetuosa y sincera sobre la sexualidad desde la infancia, tendrán más confianza para hablar de ello con sus padres/madres en esta etapa “compleja”.
Es importante que favorezcan en él/ella una autoestima positiva y una aceptación de sí mismo/a. Esto requiere ayudarle a que se quiera tal y como es, con sus capacidades e incapacidades, con sus características bellas y menos bellas, con sus virtudes y sus defectos, porque somos humanos y no somos perfectos.
Han de enseñarle a ser crítico y no dejarse influir por las “modas” u opiniones de los demás; y, también a ser flexible en relación a las inclinaciones sexuales de cada persona y a los roles sexuales. La mejor forma de lograr esto es con el propio ejemplo: si en la familia se trata a todos por igual y se “respira” un clima de respeto y aceptación de la diferencia (heterosexuales, homosexuales, bisexuales, personas de diferentes razas o etnias, etc), el hijo/a adquirirá más fácilmente estas actitudes, que son positivas y deseables en cualquier persona íntegra y madura.

Relaciones sexuales
Por otro lado, sobre los aspectos más relacionados directamente con la sexualidad pueden, en principio, dialogar sobre los mitos existentes. Después, será importante que le hablen de la práctica de las relaciones sexuales y sus fines, sin dejar a un lado el afecto, la intimidad y la responsabilidad; y también de los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual (cuáles son y cómo pueden prevenirse) y, consecuentemente, de unos hábitos de higiene sanos.
Respecto a los métodos anticonceptivos, deben orientarle sobre cuáles son y cómo se usan. También es importante comentarle qué servicios existen para aclararle sus dudas respecto a la sexualidad (Centro de Planificación Familiar, Centro de Información Juvenil, ambulatorio…), y dónde están.
Otros temas de los que es conveniente hablar son las violaciones, los abusos o agresiones sexuales; dándole orientaciones sobre cómo ha de actuar y dónde ha de denunciarlos.
Como conclusión, decir que saber comunicarse eficazmente con un hijo/a es la mejor habilidad para conseguir una buena educación sexual del mismo/a, y más en esta etapa

Desarrollo del adolescente


Es de esperarse que el desarrollo de los niños de 12 a 18 años de edad abarque acontecimientos importantes y predecibles a nivel mental y físico.

Durante la adolescencia, los niños desarrollan la capacidad para:
Comprender ideas abstractas, como conceptos de matemática superior, y desarrollar filosofías morales, incluyendo derechos y privilegios.
Establecer y mantener relaciones personales satisfactorias al aprender a compartir la intimidad sin sentirse preocupado o inhibido.
Ir hacia un sentido más maduro de sí mismos y de su propósito.
Cuestionar los viejos valores sin perder su identidad.

Desarrollo físico:
Durante la adolescencia, las personas jóvenes atraviesan por muchos cambios a medida que pasan de la niñez a la madurez física. Los cambios prepuberales precoces ocurren cuando aparecen las características sexuales secundarias.

Niñas:
Las niñas pueden empezar a desarrollar los brotes de senos a los 8 años de edad, con un desarrollo completo de ellos que se alcanza en algún momento entre los 12 y los 18 años.
El crecimiento del vello púbico, de la axila y de la pierna comienza normalmente alrededor de los 9 o 10 años de edad y alcanza los patrones adultos alrededor de los 13 o 14 años.
La menarquia (el comienzo de los períodos menstruales) ocurre en forma característica alrededor de dos años después de la aparición del vello púbico y senos incipientes. Puede suceder incluso ya a los 10 años o, a más tardar, hacia los 15 años. La edad promedio de la menstruación en los Estados Unidos aproximadamente a los 12.5 años.
Entre los 9.5 y los 14.5 años se presenta un crecimiento rápido en la estatura en las niñas, alcanzando el punto máximo alrededor de los 12 años.

Niños:
Los niños pueden comenzar a notar un crecimiento del escroto y los testículos ya a los 9 años de edad. Pronto, el pene comienza a agrandarse. Hacia la edad de 16 a 17 años, sus genitales tienen generalmente el tamaño y la forma de los genitales adultos.
El crecimiento del vello púbico, así como también el vello de la axila, la pierna, el pecho y la cara en los hombres, comienza en los niños alrededor de los 12 años y alcanza los patrones adultos más o menos de los 15 a 16 años.
Un crecimiento rápido en la estatura sucede en los niños entre las edades de más o menos 10.5 a 11 años y 16 a 18 años, alcanzando su punto máximo alrededor de los 14 años.
Los niños no comienzan la pubertad con un incidente súbito, como lo es el comienzo de la menstruación en las mujeres. Tener emisiones nocturnas regulares (poluciones nocturnas) marca el inicio de la pubertad en los varones y ocurre normalmente entre las edades de 13 y 17 años, con un promedio alrededor de los 14.5 años.
El cambio en la voz en los hombres sucede al mismo tiempo que el crecimiento del pene. Las poluciones nocturnas ocurren con el punto máximo de aumento de estatura.

Comportamiento
Los cambios rápidos y súbitos a nivel físico que experimentan los adolescentes los lleva a ser tímidos, sensibles y a estar preocupados respecto a los propios cambios corporales. Ellos pueden hacer comparaciones angustiosas respecto a ellos mismos y sus compañeros.
Debido a que los cambios físicos quizá no ocurran en un plazo regular y sin problemas, los adolescentes podrían pasar por etapas de incomodidad, tanto respecto a su apariencia como a su coordinación física. Las niñas pueden estar ansiosas si no están listas para el comienzo de los períodos menstruales y los niños pueden preocuparse si no saben acerca de las emisiones nocturnas.
Durante la adolescencia, es normal que los jóvenes empiecen a separarse de sus padres y a establecer su propia identidad. En algunos casos, esto puede ocurrir sin problemas de los padres y otros miembros de la familia. Sin embargo, en algunas familias, la rebeldía del adolescente puede conducir a conflictos a medida que los padres tratan de mantener el control.
A medida que los adolescentes se alejan de los padres en búsqueda de su propia identidad, sus amigos se vuelven más importantes.
Su grupo de amigos puede convertirse en un refugio seguro, en el cual el adolescente puede probar nuevas ideas.

En la adolescencia temprana, el grupo de compañeros por lo general consta de amistades no románticas, a menudo incluyendo "pandillas", bandas o clubes. Los miembros del grupo de compañeros con frecuencia intentan comportarse y vestirse en forma semejante, tener códigos secretos o rituales y participar en las mismas actividades.
A medida que el joven avanza hacia la adolescencia media (14 a 16 años) y más allá, el grupo de compañeros se extiende para incluir amistades románticas.
Desde la mitad hasta el final de la adolescencia, los jóvenes a menudo sienten la necesidad de establecer su identidad sexual, llegando a estar cómodos con su cuerpo y sentimientos sexuales. A través de las relaciones románticas, las citas y experimentando, los adolescentes aprenden a expresar y recibir intimidad o insinuaciones sexuales. Las personas jóvenes que no tienen la oportunidad de tales experiencias pueden tener más dificultad para establecer relaciones íntimas cuando sean adultos.

Los adolescentes generalmente demuestran comportamientos congruentes con varios mitos de la adolescencia:
El primer mito es que ellos están "en escena" con la atención de otros constantemente centrada en su apariencia o en sus acciones. Este egocentrismo normal puede parecer (especialmente para los adultos) que raya en la paranoia, el amor propio (narcisismo) o incluso la histeria.
Otro mito de la adolescencia es la idea de que "eso nunca me sucederá, sólo a los demás". "Eso" puede representar resultar embarazada o contraer una enfermedad de transmisión sexual luego de tener sexo sin protección; causar un accidente automovilístico mientras se conduce bajo la influencia del alcohol o las drogas, o cualquiera de los otros numerosos efectos negativos de los comportamientos peligrosos.

Trastornos de ansiedad





Los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un miedo intenso, preocupación o inquietud que puede durar largos períodos de tiempo y afectar significativamente sus vidas. Si no se trata con prontitud, los trastornos de ansiedad pueden derivar en:
  • Repetidas ausencias a clase o una incapacidad para terminar el período de escolaridad.
  • Deterioro en las relaciones con iguales.
  • Baja autoestima.
  • Abuso de alcohol u otro tipo de drogas.
  • Problemas de ajuste en situaciones laborales.
  • Trastornos de ansiedad en edad adulta


¿Cuáles son los tipos y características de los trastornos de ansiedad?
Existe una variedad de trastornos de ansiedad que pueden afectar a niños y adolescentes. A continuación, se describen la mayoría de ellos, así como sus características:

Trastorno de ansiedad generalizada: Los niños y adolescentes con este trastorno se preocupan en extremo por sus actividades, ya sea por su rendimiento académico, deportivo o incluso por ser puntual. Esta clase de personas suelen ser muy responsables, se sienten tensos y necesitan mucha seguridad. Pueden quejarse de dolores de estómago u otras afecciones que no parecen tener una causa física.


Trastorno de ansiedad por separación: Los niños con este trastorno suelen tener dificultad en dejar a sus padres para ir a la escuela o campamento de verano, quedarse en casa de un amigo o estar solo. A menudo, se “aferran” a sus padres y tienen problemas para quedarse dormidos. El trastorno de ansiedad por separación puede ir acompañado de depresión, tristeza o miedo a que algún miembro de la familia se vaya o muera. Aproximadamente uno de cada 25 niños experimenta trastorno de ansiedad por separación.

Fobias: Los niños y adolescentes con fobias tienen excesivos miedos no reales de ciertas situaciones u objetos. Muchas fobias tienen nombres específicos, y el trastorno puede centrarse en animales, tormentas, agua, lugares altos o situaciones específicas como encontrarse encerrado en un lugar reducido. Los niños y adolescentes sienten verdadero pavor a ser criticados o juzgados duramente por los demás. Intentarán evitar los objetos y situaciones temidas, por lo que el trastorno puede limitar gravemente sus vidas.

Trastorno de pánico: Los “ataques de pánico” repetitivos en niños y adolescentes sin una causa aparente son signos de un desorden de pánico. Los ataques de pánico son períodos de intenso miedo acompañados por fuertes latidos del corazón, sudoración, mareo, nauseas o sentimiento de muerte inminente. La experiencia es tan terrible que viven con el miedo de que puedan sufrir otro ataque. Los niños y adolescentes con el trastorno suelen hacer cualquier cosa para evitar la situación que provoque otro ataque. Es posible incluso que no quieran ir a la escuela o separarse de sus padres.

Trastorno obsesivo-compulsivo: Los niños y adolescentes con trastorno obsesivo-compulsivo, se ven atrapados en un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos. Aunque puedan reconocer que éstos parecen sin sentido y traumatizantes, son muy difíciles de parar. El comportamiento compulsivo puede incluir lavarse repetidamente las manos, contar o poner en orden objetos una y otra vez. 2 de cada 100 adolescentes experimentan trastornos obsesivos.

Trastorno de estrés post-traumático: Los niños y adolescentes pueden desarrollar un estrés post-traumático después de haber experimentado un acontecimiento sumamente estresante, como experiencias de abusos físicos o sexuales, ser testigo de un hecho violento, la vivencia de un desastre como un bombardeo o un huracán. Los jóvenes con dicho trastorno suelen experimentar el acontecimiento una y otra vez en forma de fuertes recuerdos, instantáneas, u otra clase de pensamientos perturbadores. Como resultado, pueden intentar evitar todo lo que se encuentra asociado con el trauma. También sobreactuar al sobresaltarse o tener dificultades del sueño.


¿Son comunes los trastornos de ansiedad?
Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los más comunes de los problemas mentales, emocionales y de comportamiento que se presentan en la niñez y la adolescencia. Aproximadamente, 13 de cada 100 niños y adolescentes de entre 9 y 17 años experimentan algún tipo de trastorno de ansiedad; Las niñas se ven más afectadas por el problema que los niños y cerca de la mitad de los niños y adolescentes con estos trastornos padecen un segundo trastorno de ansiedad u otro trastorno mental o de comportamiento, como la depresión. Además, los trastornos de ansiedad pueden coexistir con trastornos de salud físicos que necesitan tratamiento.

Entender la Autoestima de los niños



-Espejito, espejito ¿Quién es mi princesa?-

-¡Yo!- Gritaba Lola mientras saltaba a los brazos de su padre.

Cómo saliendo de una burbuja, la Lola adulta sonríe al espejo recordando esos momentos. Respira, se recoge el pelo y sale del baño dispuesta a entrar a la reunión con una actitud segura y firme.

La percepción y la valoración que una persona tiene sobre si misma condiciona su equilibrio psicológico, la relación que establece consigo misma, con los demás y su rendimiento. Es decir, la estima y la opinión que tenemos hacía nosotros mismos va a influir en nuestra manera de acercarnos al mundo y a las personas que están en él.

Al igual que en el resto de relaciones, la relación que tenemos con nosotros mismos también la vamos a valorar positiva o negativamente. Del mismo modo, podemos ser más o menos afectuosos al relacionarnos con nosotros.

¿Cómo se forma la autoestima?   

El contacto corporal que establecen los padres con el niño es prioritario para establecer un saludable vínculo emocional. Es a partir de este vínculo desde el que el niño va a construir el sentimiento básico de confianza y seguridad y la manera de quererse.

La autoestima y el autoconcepto son conceptos referentes al individuo que se construye en la interacción social.

Por lo que su construcción va a tener dos fases, interpersonal. En la que las figuras de referencia “prestan al niño” la imagen que tienen de él. Nos convertimos en instrumentos al servicio del niño.

Y otra intrapersonal, en la que el niño, sin dejar de relacionarse y por tanto de incorporar información externa, se reconoce y forma una imagen de si mismo.

Por lo que el conocimiento que tenemos sobre nosotros mismos responde a la pregunta ¿quién soy yo? Autoconcepto. Deriva del concepto que las personas cercanas tienen sobre nosotros ¿Quién soy yo para mis padres? ¿Para mi profe? ¿Para mis amigos?.

Del mismo modo, la valoración (positiva o negativa) que hacemos sobre nosotros mismos y nuestras competencias, la Autoestima (creo que la autoestima está en otro plano que las competencias, sí relacionada a ellas.). Vendrá precedida por la admiración y reconocimiento que hemos tenido de otros.

Y el afecto que ponemos en la relación con nosotros mismos ¿Cómo nos tratamos?, procede del afecto que nos han dado.

Ante un niño con dificultades para mantenerse sentado, sus padres y/o profesores pueden responder algo así:

-¡Niño, estate quieto! todos los días te digo los mismo y parece que te da igual. Así es imposible comer tranquilo. -

¿Sería igual si los adultos, a pesar del cansancio que seguro les provoca que la situación se repita, se acercan a él y le dicen:

- Rubén, tú sabes que en la mesa es obligatorio estar sentado y si no lo cumples tendrás que irte a tu habitación. A mi me gusta mucho comer contigo ¿Tú quieres comer con nosotros? Confío en que aunque te cueste un poco, vas a hacerlo muy bien.-

Para interactuar de manera eficaz, nos ayuda definir ¿qué cualidades del niño estamos destacando?, si lo hacemos con afecto, y si ¿Conseguimos nuestro objetivo?

Podemos afirmar que un niño que ha sido reconocido, valorado y querido, va a poder reconocerse, valorarse y quererse. El niño necesita que reconozcamos quien es él como persona en desarrollo, como ser diferente a sus padres y a las expectativas y deseos que estos tienen respecto a él. Así como que respetemos y valoremos sus características propias, deseos y necesidades, y se lo expresemos mediante el afecto.

En ocasiones creemos que cuando un niño se porta mal tenemos que dejar de mostrarnos afectuosos, con el fin de que entienda que se ha equivocado. Pero el cariño y la firmeza son cosas diferentes. Cuando un niño se equivoca (voluntaria o involuntariamente) es necesario que sus padres se lo indiquen para que pueda rectificar. Pero si el cariño desaparece ante las conductas inadecuadas, el mensaje que trasmitimos es que el cariño es voluble y dependiendo de lo que haga le querremos más o menos.

La evaluación sobre uno mismo se produce en todas las dimensiones de la persona (laboral-educativa, social, física y emocional), pudiendo variar la valoración que hacemos de nosotros mismos en cada una de ellas. Hay personas que se consideran muy inteligentes, pero poco capacitadas para las relaciones.

Los niños pequeños tienen a describirse sobretodo en función de las características físicas y a medida que crecen incluyen dimensiones psicológicas y sociales. Esto se debe a que las capacidades cognitivas del niño se van desarrollando a medida que se hace mayor.

Debido a que el autoconcepto de la persona va evolucionando, se espera que el concepto de si mismo que tienen los adultos tienda a ser: más consistente, objetivo y realista. Pero no es automático, tener la capacidad no siempre implica desarrollarla.

La relación consigo mismo exige que nos desdoblemos, para llevar a cabo el proceso de autoobservación. Parte de nosotros se encarga de observar y otra parte es observada. Esta capacidad nos permite tomar conciencia y reflexionar sobre nuestras sensaciones, emociones, pensamientos y acciones.


*Información de Rebeca Recio Berlanas, psicóloga de Psycos, sobre la Autoestima Infantil. 

Etapas de desarrollo de Piaget


Jean William Fritz Piaget (Neuchâtel, Suiza, 9 de agosto de 1896 - †Ginebra, 16 de septiembre de 1980), psicólogo experimental, filósofo, biólogo, suizo creador de la epistemología genética y famoso por sus aportes en el campo de la psicología evolutiva, sus estudios sobre la infancia y su teoría del desarrollo cognitivo.

En sus estudios Piaget notó que existen periodos o estados de desarrollo. En algunos prevalece la asimilación, en otros la acomodación. De este modo definió una secuencia de cuatro estadios "epistemológicos" (actualmente llamados: cognitivos) muy definidos en el humano.

Estadio sensorio-motor
Desde el nacimiento hasta aproximadamente un año y medio a dos años. En tal estadio el niño usa sus sentidos (que están en pleno desarrollo) y las habilidades motrices para conocer aquello que le circunda, confiándose inicialmente en sus reflejos y, más adelante, en la combinatoria de sus capacidades sensoriales y motrices. Así, se prepara para luego poder pensar con imágenes y conceptos.
Reacciones circulares primarias
Suceden entre el primer y cuarto mes de vida extrauterina. En ese momento el humano desarrolla reacciones circulares primarias, esto es: reitera acciones casuales que le han provocado placer. Un ejemplo típico es la succión de su propio dedo, reacción sustitutiva de la succión del pezón,aunque el reflejo de succión del propio dedo ya existe en la vida intrauterina.

Reacciones circulares secundarias

Entre el cuarto mes y el año de vida, el infante orienta su comportamiento hacia el ambiente externo buscando aprender ó mover objetos y ya observa los resultados de sus acciones para reproducir tal sonido y obtener nuevamente la gratificación que le provoca.

Reacciones circulares terciarias
Ocurren entre los 12 y los 18 meses de vida. Consisten en el mismo proceso descrito anteriormente aunque con importantes variaciones. Por ejemplo: el infante toma un objeto y con este toca diversas superficies. Es en este momento que el infante comienza a tener noción de la permanencia de los objetos, antes de este momento, si el objeto no está directamente estimulando sus sentidos, para él, literalmente, el objeto "no existe".
Tras los 18 meses el cerebro del niño está ya potencialmente capacitado para imaginar los efectos simples de las acciones que está realizando, o ya puede realizar una rudimentaria descripción de algunas acciones diferidas u objetos no presentes pero que ha percibido. Está también capacitado para efectuar secuencias de acciones tales como utilizar un objeto para abrir una puerta. Comienzan, además, los primeros juegos simbólicos del tipo juguemos a que...


Estadio preoperatorio
El estadio preoperatorio es el segundo de los cuatro estados. Sigue al estado sensoriomotor y tiene lugar aproximadamente entre los 2 y los 7 años de edad.

Este estadio se caracteriza por la interiorización de las reacciones de la etapa anterior dando lugar a acciones mentales que aún no son categorizables como operaciones por su vaguedad, inadecuación y/o falta de reversibilidad.
Son procesos característicos de esta etapa: el juego simbólico, la centración, la intuición, el egocentrismo, la yuxtaposición y la irreversibilidad (inhabilidad para la conservación de propiedades).


Estadio de las operaciones concretas
De 7 a 11 años. Cuando se habla aquí de operaciones se hace referencia a las operaciones lógicas usadas para la resolución de problemas. El niño en esta fase o estadio ya no sólo usa el símbolo, es capaz de usar los símbolos de un modo lógico y, a través de la capacidad de conservar, llegar a generalizaciones atinadas.

Alrededor de los 6/7 años el niño adquiere la capacidad intelectual de conservar cantidades numéricas: longitudes y volúmenes líquidos. Aquí por 'conservación' se entiende la capacidad de comprender que la cantidad se mantiene igual aunque se varíe su forma. Antes, en el estadio preoperativo por ejemplo, el niño ha estado convencido de que la cantidad de un litro de agua contenido en una botella alta y larga es mayor que la del mismo litro de agua trasegado a una botella baja y ancha (aquí existe un contacto con la teoría de la Gestalt). En cambio, un niño que ha accedido al estadio de las operaciones concretas está intelectualmente capacitado para comprender que la cantidad es la misma (por ejemplo un litro de agua) en recipientes de muy diversas formas.

Alrededor de los 7/8 años el niño desarrolla la capacidad de conservar los materiales. Por ejemplo: tomando una bola de arcilla y manipulándola para hacer varias bolillas el niño ya es consciente de que reuniendo todas las bolillas la cantidad de arcilla será prácticamente la bola original. A la capacidad recién mencionada se le llama reversibilidad.

Alrededor de los 9/10 años el niño ha accedido al último paso en la noción de conservación: la conservación de superficies. Por ejemplo, puesto frente a cuadrados de papel se puede dar cuenta que reúnen la misma superficie aunque estén esos cuadrados amontonados o aunque estén dispersos.


Estadio de las operaciones formales
Desde los 12 en adelante (toda la vida adulta).
El sujeto que se encuentra en el estadio de las operaciones concretas tiene dificultad en aplicar sus capacidades a situaciones abstractas. Si un adulto (sensato) le dice "no te burles de x porque es gordo... ¿qué dirías si te sucediera a ti?", la respuesta del sujeto en el estadio de sólo operaciones concretas sería: "YO no soy gordo".
Es desde los 12 años en adelante cuando el cerebro humano está potencialmente capacitado (desde la expresión de los genes), para formular pensamientos realmente abstractos, o un pensamiento de tipo hipotético deductivo.